Las cosas se van, la gente desaparece, se esfuma. Cambia. La ilusión del principio ha perdido su luz, ya no es más que otra estrella en el cielo. Pero, una nueva luz aparece. Un gran foco delante de tu cara. Una farola, difícil de escalar, pero algo que todos nos hemos planteado alguna vez. Sabes que si lo intentas y fracasas el golpe será tremendo; pero, y si consigues subir? Bueno, es sencillo: merece la pena. Merece la pena caerte una vez, o incluso un par, si al final eres capaz de llegar.
Bueno... No sé. Mi cabeza siempre ha estado hecha un lío, siempre. Y creo que por una vez tengo claro qué es lo que quiero. Por una vez he dejado de lado todo lo que la gente quiere que sea, todo lo que los demás esperan que haga y voy a hacer lo que quiero.
Hoy, me he dado cuenta de algo importante: he cambiado. Porque prometí intentarlo. Por ti. Y no me cuesta.
madre mía, siento la necesidad de gritarlo. estoy madurando!
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