¿Y por qué se supone que tengo que tener ganas de sonreir? Pues no, no tengo. Ninguna. Quiero gritar. Llorar. Pegar. Siento rabia. Y tristeza. Hoy no tengo ganas de salir. No quiero ver a nadie, quiero tumbarme en mi cama y escuchar música. Pienso, y lloro. ¿Qué me pasa? No entiendo... El viernes era la persona más feliz del mundo y hoy, miércoles, me quiero morir. Desaparecer. Correr, y huir lejos, muy lejos... Pienso, pero sigo sin entender. Triste, triste, triste. ¿Por qué lloro? Lo tengo todo para ser feliz, y, sin embargo, no lo soy. Pequeñas discusiones, sustos... ¿Y si no valgo para esta vida? ¿Y si no soy nadie aquí? A lo mejor debería irme... Alejarme. De ti, de todos. Abrazo el burro. Me mira con ojos serios. Silenciosos. No sonríe. Ni yo tampoco. Nos miramos. Parece que intenta averiguar mis pensamientos. No te molestes, burrito, mi cabeza no es agradable. Por lo menos, ahora no. Sólo vas a encontrarte una mente gris. Vacía.
Ven aquí... Abrázame, sécame las lágrimas. No quiero llorar. Por favor, más no. Otra vez no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario